“Nuestros logros se levantan sobre la obra de nuestros predecesores lo que nos permite llegar antes más lejos”
Muchos confunden ambos términos, mentoring y coaching, bien porque atribuyen las metodologías de uno a otro, o incluso porque los consideran lo mismo. Y es que es mucho el intrusismo que en torno a estas dos metodologías de aprendizaje se ha generado, dañando consecuentemente nuestra percepción de las mismas.
Pero no, NO SON LO MISMO, ni utilizan la misma metodología de desarrollo, ni trabajan o desarrollan las mismas áreas, ni todos los que dicen ser Coaches los son, ni tampoco todos son o pueden ser Mentores, aunque si bien es cierto ambas metodologías comparten algunas áreas de trabajo o desarrollo, ya que ambas (tanto el mentoring como el coaching) nos ayudan en nuestra capacitación hacia el liderazgo.
Líderes capacitados para perseguir y contagiar un sueño, conservar alta su motivación y la del equipo, para saber poner foco en la situación deseada (objetivo) y para mantener viva esa imagen y el entusiasmo por alcanzarla, capacitados para generar actitudes positivas y confianza, etc…
Con intención de hacer una rápida distinción nos centrarnos en área de trabajo principal de cada una de ellas:
En el caso del Coaching, el Coach (entrenador) trabaja principalmente sobre nuestra área intrapersonal, sobre la mirada que tenemos del mundo, o lo que es lo mismo; sobre el tipo de observador que somos. Acompañándonos a descubrir nuestro propio camino en un aprendizaje transformacional hacia nuestro objetivo.
Nos ayudará en el aprendizaje y gestión de nuestras emociones y a detectar aquellos juicios y creencias que nos limitan o empoderan en función de nuestros objetivos.
En definitiva, se trabaja principalmente nuestra inteligencia emocional, nuestro lenguaje (positivo) y nuestras habilidades. Consecuentemente supondrá un impacto directo tanto sobre nuestra capacidad comunicativa o nuestras relaciones con los demás, como sobre nuestra motivación y automotivación, y nuestro empoderamiento personal y profesional.
En el caso de mentoring, el mentor (guía/maestro), centrará principalmente su trabajo sobre nuestra área profesional e interpersonal, ya que su desempeño se establece en una relación de tú a tú, como experto profesional cualificado en áreas concretas (de interés para el alumno) y con larga trayectoria en puestos directivos además de con un profundo conocimiento acerca del desarrollo de las personas.
Se comparten opiniones, experiencias y valoraciones desde las propias vivencias, tanto del mentor como del alumno, provocando una aceleración del aprendizaje, y una transferencia de conocimiento.
Tanto si miramos atrás en nuestra historia como si nos fijamos en las figuras o iconos más actuales podremos encontrar que muchas de las personas más exitosas tuvieron o tienen un coach (entrenador) o un mentor que las ayudó en su camino, o bien, si nos fijamos en los mejores atletas, en los números uno, todos tuvieron o tienen a su lado un coach.
Entonces… ¿qué debo elegir? ¿Mentor o Coach?
Nuestra elección dependerá de los objetivos que, como individuo, emprendedor, empresario o empresa deseemos trabajar y alcanzar y de cómo queramos trabajarlos y en qué plazos o tiempos deseemos lograrlos.
Podemos encontrar muchos contenidos en la red que nos enfocan o proponen como mejor o más óptima una u otra metodología. Incluso si miramos los consejos de aquellas personas a las que podríamos considerar como exitosas podremos encontrar que en unas páginas nos hablan y aconsejan sobre el coaching y en otras nos proponen el mentoring, tratándose incluso de la misma persona dándonos ambos consejos, por ejemplo:
«Todo el mundo necesita un coach»
Así es como empezaba Bill Gates una de sus conferencias TED, conferencia en la que hablaba de nuestra necesidad de recibir feedback.
Pero al mismo tiempo, Bill Gates también nos muestra la importancia de tener un mentor cuando a menudo se refiere a su relación permanente con Warren Buffett como mentor.
También podemos encontrar a Eric Schmidt, quién fuera CEO (Chief Executive Officer) de Google, que nos recomendaba en una entrevista televisiva la conveniente necesidad de que todos deberíamos tener un coach.
Habiéndose convertido él mismo en mentor de algunos de los “grandes” de Silicon Valley.
Javier Martin, Regional Human Resourses en Google, afirma que contratan sólo a personas innovadoras pues “la innovación es lo que genera negocio” y consideran que “el coaching tiene un peso fundamental” en la compañía, pues su objetivo es “disparar a la luna”, es decir, llegar al éxito a través de una metodología efectiva. De ahí que recurran a este tipo de programas formativos para entrenar a su equipo.
También Mark Zuckerberg contó con Steve Jobs como mentor clave, quien a su vez (Steve Jobs) trabajó con Coaches como John Mattone.
¡Y así un largo etcétera!!!
Por lo tanto, siendo que ambas metodologías trabajan áreas diferentes por y para nuestro crecimiento;
¿no sería quizá más enriquecedor, potenciador, innovador, transformador y acelerador, una correcta combinación de ambas en pro de nuestro mejor desarrollo personal y profesional en busca de ese camino hacia lo que consideramos nuestro propio éxito?
Quizá lo más conveniente y enriquecedor sea trabajar con ambas
Importante recordar que es mucho el intrusismo que existe en torno a estas dos herramientas de desarrollo del talento y crecimiento personal y empresarial, y que por lo tanto no todos los que dicen ser Coaches lo son, no todos son o pueden ser Mentores, por lo tanto, pregunta en tu entorno, investiga, solicita referencias y encuentra el mentor y/o el coach que realmente pueda ayudarte en tu mejora.