El Miedo, una emoción a abrazar

¿Qué nos pasa con el miedo? ¿Por qué tiene tan mala prensa?

¿Qué es el miedo? Es una emoción, nacemos con ella, habita en nosotros, no se va. Podemos ocultarlo, bloquearlo, hasta no verlo, … pero está ahí, y no prestarle la atención que requiere solo puede convertirse en una olla a presión… y llevarnos hacia el estrés, la frustración, el pánico o la violencia.

“El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió y fuera no había nadie»

¿Pero … tenemos consciencia de qué es lo que nos pasa con el miedo? ¿Por qué hay tan mala prensa hacia el miedo? El miedo es una emoción más, tan legítima y necesaria como el resto de ellas. Sin embargo, acostumbramos a percibirla con negatividad o rechazo. Las palabras o conceptos que generalmente acompañan al miedo tienen cierta connotación bélica: Vencer, quitárselo de encima, enfrentarse a él, …

¿Qué es lo que nos hace querer apartarlo de nosotros? ¿Qué asociamos al miedo? ¿Qué nos decimos a nosotros mismos cuando sentimos miedo, para querer apartarlo?

Quizá sea la incertidumbre o pérdida de control, la asociación a debilidad o cobardía, no sentirnos capaces de algo, frases, etiquetas o creencias como: “los valientes no tienen miedo”, “Un buen líder no siente miedo”, “El miedo es solo para los cobardes”, … desde luego con este tipo de prensa, ¿quién querría sentir miedo?

Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él.El valiente no es el que no siente miedo, sino el que vence ese temor.

Nelson Mandela

La emoción del miedo no es una foto fija, se presenta a través de un estímulo, y una respuesta interior (de nuestra amígdala) a ese estimulo, a esas creencias o etiquetas que producen una reacción en nosotros, generalmente de rabia, enfado, vergüenza, desprecio, asco, etc… Y como toda emoción será necesario legitimarla, escucharla y abrazarla para poder gestionarla.

Sin embargo, el miedo no siempre tuvo estas connotaciones negativas, comenzó siendo algo positivo en las sociedades prehistóricas, el miedo les salvaguardaba de peligros como los depredadores, de las inclemencias del tiempo y demás amenazas, siendo parte activa de la supervivencia de la especie.

El miedo nos avisa de que hay algo sobre lo que debemos trabajar, nos dota de recursos, nos hace sentir vivos, es el punto de equilibrio de la tensión creativa para resolver algo, el aviso para la acción, para expandir nuestra zona de confort, nos recuerda la importancia que algo o alguien tiene para nosotros, …

El miedo activa la confianza en nosotros mismos, el equilibrio entre la prudencia y el coraje.

Y es así como debemos volver entender el miedo, a fin de poder entender su propósito y actuar en consecuencia. El miedo es como ese panel de control que enciende una alarma a la que simplemente debemos atender. ¿Qué me está contando ese miedo? ¿de qué me alerta? ¿qué necesidad debo cubrir? ¿qué me cuenta de mí? Y muy importante ¿qué de ese miedo está en mis manos y qué no? Y desde ahí; Confiar, aceptar y dejar fluir la vida.

Soltar el control quizá pueda ser el mejor aliado para gestionar nuestros miedos

Actualmente vivimos momentos de incertidumbre, desconocemos a lo que nos enfrentamos, no tenemos experiencia previa, no disponemos de información para entender o el exceso de la misma nos hace dudar de su veracidad, nos encontramos ante situaciones reales o posibles de pérdida, pérdidas personales, laborales o económicas… en definitiva, no podemos controlar nuestro futuro…

Cómo decíamos, si dejamos que el miedo nos invada y nos sobrepase, podemos bloquearnos, estresarnos, frustrarnos, … si no sintiésemos miedo podríamos arriesgar y no medir las posibles consecuencias de nuestros actos, … pero si escuchamos que quiere decirnos ese miedo, si usamos los recursos que tenemos o los que nos dice necesitar, si abrazamos ese miedo, podremos avanzar ante situaciones de incertidumbre y cambio …

El miedo a perder a alguien nos advierte de la importancia que para nosotros tiene esa persona, nos avisa de no dejar nada por decir, de pasar más tiempo juntos, … Pero también nos puede bloquear y el temor a perderla puede hacernos sobreprotegerla y coartar su libertad… no dejemos que esto ocurra… cambiemos la manera de verlo, saquemos nuestras herramientas para avanzar hacia él… Hoy siendo factor de riesgo por problemas de salud, muchos de nosotros nos hemos enfrentado al miedo de salir a la calle y no hemos pensado en cuantas otras veces hemos corrido mayores riesgos al conducir una moto o al practicar algún deporte, quizá por tenerlos asumidos con normalidad…

No temamos al miedo, escuchémoslo, abracémoslo, seamos prudentes y sopesemos lo que nos dice, para actuar y avanzar, aceptemos y disfrutemos la vida…

Un cambio siempre puede ofrecernos un nuevo futuro… el resultado está en como nosotros actuemos ante él.

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