«Una competencia esencial en la habilidad de comunicar. Un pasito más allá de la escucha activa»

“La naturaleza nos dio dos ojos, dos oídos y una boca para que pudiéramos observar y escuchar el doble de lo que hablamos. « 

Epícteto

Todos conocemos los distintos niveles de escucha; la escucha biológica, la fingida, la selectiva y la activa.

La escucha biológica corresponde al mero hecho de oír sonidos y que nos producen una reacción inmediata como puede ser nuestra reacción inmediata al oír la alarma de incendios o la sirena de una ambulancia cuando estamos conduciendo, etc.

En un segundo nivel tendríamos la escucha fingida, en la que establecemos contacto visual, nuestra corporalidad nuestros gestos simulan estar prestando atención a lo que se nos cuenta, pero realmente no estamos escuchando estamos en otro sitio (un claro ejemplo aquí).

Por otra parte, tenemos la escucha selectiva que correspondería a aquella en la que solo prestamos atención o tomamos nota de aquella parte del mensaje que consideramos nos resulta interesante e ignoramos el resto manteniendo nuestra mente en otras cosas.

Y en la escucha activa sí tenemos la intención de prestar atención a lo que se nos está contando, confirmamos estar entendiendo bien y damos respuestas coherentes al mensaje que recibimos.

Hasta aquí los niveles de escucha los establecemos desde nuestro propio marco de referencia, pero hay un nivel superior de escucha, un nivel en el que nos situamos en el marco de referencia del otro, del que expone, y esta es la ESCUCHA EMPÁTICA.

Yo soy absolutamente responsable de lo que digo, pero irresponsable de lo que tú escuchas, …… sin embargo, es mi responsabilidad cotejar constantemente lo que yo digo con lo que tú escuchas.

Humberto Maturana

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